Uno de los dos gatos que tenemos es un agonías; es como Woody Allen, pero en gato.
Cuando no tiene comida en su plato, protesta; cuando nos metemos en la ducha, acampa en la alfombrilla del baño y maúlla como el buen indignado que es; cuando nos marchamos de casa, araña la puerta; cuando recibimos visita, estornuda.
Lo de los estornudos es lo que más nos llama la atención.
Hemos concluído que, igual que hay personas que tienen alergia a los gatos, nuestro gato tiene alergia a ciertas personas.
Algo completamente comprensible, por cierto.
A mí me pasa lo mismo.
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