El pasado 10 de Marzo, en el Campus de Somosaguas de la Universidad Complutense se produjo una protesta contra la iglesia católica, por el papel denigrante que siempre otorga a la mujer, entre otras muchas cosas, claro, como podría ser la constante presencia de esta institución en la vida cotidiana del país.
O cómo mantener el medievo en pleno siglo XXI, que también podría ser el título de esta lamentable y trasnochada película.
Lo que, en cambio, no ha trascendido tanto fue la presencia, el pasado 18 de Marzo, de grupos ultracatólicos apoyados por ultraderechistas, en la Facultad de Geografía e Historia, que rompieron pancartas que pedían la eliminación de las capillas en las universidades y agredieron a los miembros de diversas asociaciones de estudiantes.
O sea, en su línea.
Por un estado laico.
Ya está bien de que la iglesia católica esté tan presente en nuestras vidas.
Los rezos, en casita, de manera privada.
Sólo a través de la laicidad lograremos entrar plenamente en el siglo XXI.
Mientras tanto seguiremos anclados en el oscurantismo.
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