Un desgraciado menos

Recibo una llamada de la Guardia Civil informando de un accidente con fallecido y solicitando una grúa para retirar los restos de la moto implicada.
Llamo al gruísta de la zona y me dice que hacía apenas cinco minutos habían pasado un grupo de motoristas por delante de su base que, por lo menos, iban a 180 km/h.
Cuando le facilité la marca, el modelo y el color de la moto, me confirmó que esa moto formaba parte del grupo que había visto.
Me alegré de que el desgraciado hubiera muerto, de verdad.
Lo único que deseé es que nadie más que él se hubiera visto implicado en el accidente.
Un homicida menos en las carreteras españolas.
Brindemos por ello.