El proyecto de periodista con ojos de pez globo

"Y ahora hacéis una breve reflexión sobre el tema", dijo el profesor, mientras repartía los folios.

"Perdona", me dijo la chavala que se sentaba a mi lado - "¿qué hay que hacer?"
"Pues una reflexión sobre lo que hemos estado hablando...", respondí yo.
Ella puso ojos de pez globo y decidí desarrollar un poco mi lacónica respuesta.
"Un comentario, unas ideas, lo que pienses sobre el tema..."
Nada, oye.
Encefalograma plano.
"Lo que se te pase por la cabeza, como tú lo veas, si te parece bien o no, argumentándolo y tal", insistí.
La estamos perdiendo, doctor.

Sostuve su mirada lánguida y gelatinosa hasta que se concentró en el folio en blanco y me dejó de mirar como si acabara de aterrizar proviniente de Mercurio.
Y esto es lo que tenemos en la cantera, canelita fina.
El futuro del periodismo.
Una chavala, que no es la única, ojo, que estuvo durante veinte minutos (lo juro, los conté) colocándose el flequillo mientras el profesor hablaba sobre el tema que nos ocupaba aquel día.
Mucho más pendiente de la estética que de la formación.
"Espera, espera", me dije a mí mismo.
No te sorprendas tanto, Sobaco.
Así son todas las periodistas jóvenes de este país, mucho más preocupadas de la estética que de la profesionalidad.
La muchacha de ojos de pez globo llegará muy lejos, sin duda.

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