Con respecto al primer volumen de este libro, el segundo incrementa ligeramente el ritmo, aunque tampoco mucho. La magia sigue siendo más bien escasa y, en los pocos momentos en los que la acción parece tornarse trepidante, al siguiente momento regresa la calma chicha.La historia, eso sí, avanza constantemente, al igual que los personajes.
Digamos que, aunque el ritmo no parezca el más adecuado a priori, parece que hay un plan detrás de todo y al final encajarán todas las piezas.
O eso espero, claro.
Veredicto del Sobaco: aunque el tono general de este segundo volumen mantiene bastantes similitudes con respecto al primero, el regusto final es ligeramente más esperanzador que con el primero. Los personajes presentados en el primer volumen resultan un poco más familiares y, aunque un servidor sigue sin empatizar del todo con ninguno, sus historias y vivencias un poquito más interesantes, aunque sin exagerar.
Sé que leeré el segundo capítulo de la saga porque, repito, el final es esperanzador. Sin embargo, también sé que esa lectura no se producirá en un futuro próximo; habrá muchos más libros entre medias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario