28 de septiembre de 2008

Tan joven y tan viejo

El pasado lunes me volví a matricular de la universidad.
Fueron dos palos simultáneos.
El primero, la cornada económica para la que, más o menos, iba preparado.
El segundo, la cornada generacional que, aunque también me había preparado mentalmente, fue mucho más fuerte de lo que me esperaba.

Hasta los chavales que trabajan en los distintos departamentos parecen mis hijos.
Aunque quisiera (cosa que, evidentemente, ni se me pasa por la cabeza), no me admitirían en la tuna por la edad.
Me siento como John Belushi en Desmadre a la americana.
No me extrañaría nada que me confundieran con algún profesor.
Hay que joderse.

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