22 de abril de 2008

Transformers

Transformers pretendía ser el estreno del año, como todas las películas que aparecen cada verano, por otra parte.
Una película de palomitas, de las que no hace falta tener despiertas muchas neuronas para verla. Para pasar el rato. Cine de entretenimiento, sin ninguna otra pretensión.
Pero no llega a entretener ni de lejos.

Vaya por delante que nunca me apasionaron los robots de la serie de televisión cuando era pequeño. Es posible que haya influido en que la peli me haya parecido infumable, no sé.
Me inclino más a pensar que simplemente la peli es mala, muy mala.
La historia está cogida con alfileres y los efectos especiales, que debería ser el punto más fuerte de la peli, no aportan nada que no se haya visto antes.

La verdad, menos mal que me esperé a que estuviera disponible en el videoclub porque, si hubiera pagado una entrada para ver semejante mierda, hubiera agotado las hojas de reclamaciones.

Veredicto del Sobaco: un coñazo, así, sin paños calientes. Además, la copia que alquilé en el videoclub del burrito blanco estaba mal encuadrada y fatal de sonido. Hasta las palomitas me sentaron mal y las tuve que acompañar de un batido de Almax. Dos horas de mi vida que podría haber dedicado a aprender macramé tiradas por el retrete. Un horror.

1 comentario:

Peibols dijo...

Superafavor!

A mi me gustaban los dibus (y los muñecos) y aquí se cargan los colores cuquis de Optimus Prime. Lo cual apesta.

El guión... ¿qué guión?
Ah si, las frases que dicen los actores estan bien estructuradas, con su sujeto y su predicado.

Los efectos especiales se me convirtieron en un amasijo de colores grises (mil o dos mil grises) y no sabía qué roboto pegaba a qué roboto.

Yo SÍ que pagué en el cine.
Para nada, claro.