Como algunos ya sabréis, ahora vivo en Alicante, la tierra donde, con la tela de una minifalda, se hacen 15. La tierra del choni way of life y el macarra ibérico por excelencia, donde Ximo Bayo sigue vigente y el tunning es mucho más que un desperdicio inútil de dinero.
La tierra del "vamoraver, chein, si nos tomamor un arros".
Cada lugar tiene sus expresiones, sin duda y, por supuesto, Alicante no iba a ser la excepción.
Intentando ser uno más (o casi), me mezclo como un camaleón en el ambiente de la ciudad. De aquí a unos días estrenaré un ciclomotor tuneado que, si pillara un bache, se pondría en órbita. Las llamaradas alrededor de las ruedas vienen de serie. Menos mal, aún no me siento capaz de pintar unas propias.
El siguiente paso será adquirir unas gafas de sol con cristales espejados y, si puede ser, montura plateada.
El chandal blanco ya lo tengo.
Lo grande del caso es que, por muy siniestro que pueda parecer todo, sigue siendo mejor que Madrid.
2 comentarios:
Ay esos chandales blancos de Alicante...
Morcillón me pongo solo de visualizarlos.
Pero tan mal está Madrid?
Mal es poco. Está peor. Y cada día se enmierda más...
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