Así que me compré hace unos años una edición de batalla de las que vienen con los periódicos, que no serán tan bonitas como las otras pero, oye, facilitan la lectura, que es de lo que se trata. Porque el libro, independientemente de la edición, es el mismo.
Y el libro mola mucho, la verdad. Tal vez se haga un pelín largo y, la verdad, al final uno no sabe si el Cardenal Richelieu era malo malísimo o tampoco era para tanto. Lo que sí queda claro es que Milady era un auténtico zorrón.
Como novela de aventuras está bastante bien. A lo mejor se echa un poco de menos que se profundice poco en los personajes pero, bueno, se sobrelleva.
De todos modos, estoy convencido de que, si en su momento me hubiera leído una edición normalita, el libro me hubiera gustado mucho más entonces que ahora.
Veredicto del sobaco: muy entretenida aunque, lo dicho, con menos años en la mochial, uno se hubiera creído más y mejor tanto la historia como los personajes. Pero claro, eso no es culpa del libro sino de un servidor.
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