"Velad, ¡oh
Penates!, por nuestra puerta, por nuestros goznes y por nuestros cerrojos, no para defenderme de los bribones, ya que carezco de tesoros y alhajas y puedo viajar sin escolta, sino para que pueda realizar mis aspiraciones, que se reducen a que entre algo de comodidad en mi hogar y a que de él jamás salga la virtud".
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