8 de enero de 2008

Las madrugadas ya no son lo que eran

Cada día veo menos televisión. Con lo que yo he sido, que me quedaba despierto hasta las tantas viendo la teletienda absolutamente hipnotizado. Lo que son las cosas. Si hubiera tenido algún sitio donde caerme muerto, tendría la casa llena de aparatos que, a cambio de unas ligeras descargas eléctricas, convierten una barriga en un anuncio de milkybar.
Eso de las descargas está científicamente probado. Mira la cantidad de caña que le daban a Mel Gibson y fíjate lo cachas que se puso. Una pena que los que vendían estos aparatos no adjuntaran chino-encargado-de-torturar con el sistema. Yo me hubiera pedido uno.
Pero no me pasa sólo con los aparatos de gimnasia-tortura. Me convencen con cualquier cosa. Me quedo como un pez de colores mirando al buzo que está junto al cofre en un acuario.
Cuchillos milagrosos (que parten una lata así, a sin pestañear... oye, yo uso un abrelatas, que es más cómodo, pero mola saber que uno puede ponerse a repartir hostias en plan Conan), barbacoas dobles que recogen la grasa sobrante en una bandejita (mi debilidad... ni tengo terraza, ni me gusta hacer barbacoas pero la necesssitoooo) y, por supuesto, aparatos de gimnasia promocionados por Chuck Norris.
Por cierto, hace un tiempo que no veo a Chuck. ¿Estará bien? Estoy ciertamente preocupado... ya no tiene edad para ir repartiendo guantás por Texas.
Ahora, salvo algún aparato que cocina por ti, los aburridos ordenadores con todo incluido que te permiten hacer lanzamientos al espacio desde tu salita de estar y un exprimidor mágico anunciado por unos alemanes (que cogen la limón para hacer sumo y cuando ven un brick de zumo piensan que está todo muerto, que no tiene vitamín), tan mágico que saca el jugo sin pelar la fruta (ahí se nota que son alemanes), ya no hay nada interesante en la madrugada televisiva.
Todo está plagado de concursos en los que regalan pasta. Un rollo.
Pero, como siempre hay que mirarlo por el lado bueno, al menos me quedé tranquilo. Ya sé a qué se dedica Kike Supermix (¡qué grande, tiene su espacio en IMDB!). Que estaba yo muy preocupado por la carrera del chaval, que últimamente estaba un poquito parada.
Menos mal que el talento puro, como el de Kike, al igual que la vida en Parque Jurásico, siempre se abre paso. Aunque sea en este tipo de programas. No importa. Kike es grande y lo sabe. Sin él, La quinta marcha no hubiera sido lo mismo.
Kike, te queremos.

No hay comentarios: