Creo que acabo de adquirir el poder de leer la mente. No estoy seguro si el don me ha venido después de terminarme un bote de nocilla de dos sabores sólo por el lado blanco, o bien tras ser atacado por una nutria mutante fan de Yéilo (sí, sí, la que cantaba "yo soy, yo soy, Yéni la del bloque").
Independientemente de su origen, puedo leer la mente. Y lo voy a demostrar.
Pensad en una ciudad europea, la que sea.
No os condiciono.
Sois libres.
Elegid la que queráis.
Mientras pensáis, yo acabo de adivinarlo.
LONDRES.
¿Qué?
¿Estabáis pensando en otra ciudad?
¿Cuál es la capital de Inglaterra?
Respondedme a la pregunta geográfica y decidme que no puedo adivinar la mente.
¿Cutre?
Es posible, aunque yo creo que, bien vendido, puede colar.
Que el Copperfield, por hacer más o menos lo mismo, se lo lleva crudo.
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