29 de noviembre de 2007

La danza de la muerte

El pasado lunes bueno, mejor dicho, el martes a las tantas de la madrugada, me terminé de leer el libro al que me había enganchado el anterior jueves. Oye, muy bien escrito, perdón, muy bien traducido.
Una historia que te engancha desde el principio, muy bien llevada. Por supuesto, no es un libro de los que pasarán a la historia de la literatura pero cumple su función, que es la de hacerte pasar un buen rato, sin comeduras de olla extrañas ni conspiraciones raras. De usar y tirar. Estoy convencido que, con mi memoria de pez, en unos meses no recordaré el final.
Y ésa es otra. Porque no tiene final. Resulta que es el segundo volumen de una trilogía. Eso se avisa, coño. ¿Qué les cuesta poner en el lomo que es el número 2 de un total de 3? Pues nada, no aparece con lo que, el primer libro ya sé cómo termina. Evidentemente, me lo compré el martes (el primer libro, digo) pero no será lo mismo. Es como una peli de Van Damme. Entretiene, sí, pero es difícil que te sorprenda el final.
Veredicto del sobaco: En cualquier caso, el libro es chachi. Para pasar un ratito muy entretenido. Y si os leéis la trilogía en el orden en el que ha sido escrita, ya tiene que ser la releche.

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