Adiós a un ACTOR

Se nos marchó Fernando Fernán-Gómez. Y, como no puede ser de otra manera, empezaron los programas especiales de televisión. Y, por supuesto, como ahora todo está mezclado, los mismos que hablan de la ajetreada vida del colchón de la chocholoco o el jeta de turno, hablan de uno de los mayores talentos interpretativos que ha visto este ingrato país con la misma facilidad y desenfado.
Porque, como ya no hace falta saber de lo que se habla para hacerlo, allá van mis primos y se ponen a comentar anécdotas sobre el carácter del ACTOR, con las mismas palabras con las que comentan las vicisitudes de la casa de GH, con el mismo tono con el que pueblan de basura las pantallas de nuestros televisores.
Como si todos fuésemos iguales.
Es muy posible que la muerte nos ponga a todos al mismo nivel pero, lo que es indudable es que la vida que hemos llevado nos diferencia sustancialmente a los unos de los otros. Y, por mucho que ahora nos llamemos todos de tú, es algo que nos sigue diferenciando. Afortunadamente.