23 de noviembre de 2007

El tesoro del lago de la plata

Novela de aventuras ambientada en el salvaje oeste, el de las pelis, con sus indios, sus cazadores, sus barcos de vapor y sus persecuciones a caballo. El autor, el alemán Karl May, un absoluto desconocido para mí, construye un universo muy creíble. Lo grande del caso es que tardó muchos años en visitar Estados Unidos. Es lo que se conoce como "escribir de oído".
La historia en sí no difiere de otras muchas novelas de aventuras. Los buenos viajan en un barco de vapor junto a los malos, mientras trazan un plan para desarrollar una zona, explotando una mina de plata que está cerca de un lago. Los malos se enteran de las ideas y comienza una carrera para ver quiénes llegan antes al dichoso charco. Entre medias, muchos indios y nuevos personajes, la gran mayoría alemanes, que van aportando sus historias para el desarrollo de la trama conjunta.
Curiosamente, todos los personajes tienen algo que ver entre ellos. Y más curioso aún, la postura de algunos de los buenos con respecto a los indios, justificando sus acciones por la mala fe de los blancos. No olvidemos que se trata de una novela de finales del siglo XIX, cuando lo políticamente correcto no estaba tan de moda.
Veredicto del sobaco: entretenida, sin mayor pretensión que ésa. Casi 500 páginas de aventuras a buen ritmo. El único "pero": tal vez se hace demasiado larga. Demasiado de lo mismo. Pese a todo, muy recomendable para quien quiera una buena novela de aventuras.

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