Pero cómo les gusta a los políticos el asunto del cambio climático. Sin embargo, a mí no me la dan. El medio ambiente les preocupa lo mismo que a mí la competición entre las cofradías de Sevilla. El caso es salir en las fotos. Que no nos olvidemos de ellos. Que sigamos teniendo muy presentes tanto sus jetas como la gala que hacen de ellas.
Porque con lo del cambio climático hay mucha demagogia barata. Muchas bocas que se llenan de palabras sobre la contaminación que genera el llamado Primer Mundo cuando, curiosamente, uno de los factores que, supuestamente, provocan este cambio climático, el agujero en la capa de ozono, es mucho mayor en el Hemisferio Sur que en el Norte.
Y digo yo, sin ser un experto en la materia, ¿no nos estamos olvidando de que la Tierra vive un periodo interglacial? ¿El cambio climático, que es indudable, no se deberá a un simple proceso del planeta?
Evidentemente, las emisiones de gases a la atmósfera ayudarán a acelerar el proceso pero, sinceramente, creo que aunque se optara por el uso de combustibles alternativos, el proceso seguiría igual. Lo que sucede es que no interesa.
Si en vez de depender del petróleo, las máquinas funcionaran con agua (los medios existen), se les caería el chiringuito. Y no nos olvidemos que los que proclaman a los cuatro vientos la necesidad de luchar contra el cambio climático son los mismos que no hacen nada para ralentizarlo.
Se siente. Esta vez no cuela. Demagogos, que sois unos demagogos.
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