16 de enero de 2013

La de chicuela


El Tribunal Constitucional ha suspendido el euro por recetaque se recobra en Cataluña. Se anula la medida. Eso sí, de los 55 millones de euros que el Gobern estima haber recaudado desde que impuso la ilegal tasa, los ciudadanos no van a ver ni uno de vuelta. Lo que el gobierno te quita, no te lo devuelve ni Santa Rita.
Las farmacias catalanas dejan de ser oficinas recaudatorias al servicio del Sheriff de Nottingham. Ya no robarán más a los pobres, a los pobres ciudadanos cada vez más empobrecidos, para favorecer a unos pocos. Los políticos de bajura que sufrimos tendrán que buscarse otra triquiñuela. La encontrarán, eso seguro. Tienen tan poca vergüenza que se apropian del dinero de los parados y, cuando se les descubre, se les pone cara de Durán i Lleida, igual que esos carteristas del metro, que sonríen cuando les das un manotazo tras haberles pillado in fraganti, a sabiendas de que no les va a pasar absolutamente nada.
¿Nos merecemos los ciudadanos este tipo de políticos? A la vista de los últimas elecciones en Cataluña, parece ser que sí, que allí gusta la tijera. Debe ser que los que rechazan los recortes se han alejado tanto de esa tomadura de pelo que son las urnas electorales, que se han marchado al extranjero en busca de aventuras.
En el mus, un deporte que es mucho más noble que esta política que perpetran la mayor parte de los sujetos que nos malgobiernan, esto de recobrar de manera ilegal es muy común. La de chicuela, le dicen. Tasazo por chi cuela.
A mí, en cambio, me gusta llamar a las cosas por su nombre: a las crisis, estafas; a los especuladores y banqueros que las provocaron, ladrones; y a los políticos que las consintieron, canallas. Cuele o no cuele.

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