18 de enero de 2012

En un país moderno

Vivo en un país moderno, en el que los derechos fundamentales de los trabajadores están plenamente garantizados.
Es un país en el que los empresarios no temen proteger la dignidad de sus empleados; un país en el que los trabajadores no son tratados como simple mercancía.
Un país en el que ningún trabajador perdería su empleo por la simple mención de crear un comité de empresa que defienda los derechos de todos los trabajadores de una empresa.
Como este país es tan moderno, lo sucedido en mi trabajo la semana pasada constituye un acontecimiento excepcional.
Despidieron a dos compañeras que osaron mencionar en voz alta las palabras prohibidas comité de empresa, añadiendo el tan temido sustantivo sindicato a la ensalada.
Lo dicho, en este país tan moderno, lo sucedido se sale de la norma.
En mi empresa, paradigma de la modernidad, la norma se ha salido unas veinte veces en los últimos dos años.
A ver si va a resultar que no somos tan modernos como nos quieren hacer creer...

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