18 de noviembre de 2011

Los reyes no son los padres, son los tecnócratas

En Zarzuela del Monte, Segovia, un niño de ocho años que responde a las iniciales H.D.P., ha protagonizado un suceso acorde con los tiempos que vivimos. El pasado lunes se acercó hasta la iglesia del pueblo y con un bote de pintura para dedos escribió en una de las paredes: "los reyes son los tecnócratas".
El párroco de la localidad, al percatarse de lo que estaba ocurriendo, avisó a la Guardia Civil. "Al principio pensé que iba a citar a Zacarías, por eso le dejé hacer", declaró el párroco. La Guardia Civil envió un contingente armado compuesto por tres autobuses y una tanqueta. "Les tenemos muchas ganas a todos estos jipis indignados", afirmó uno de los mandos mientras se atusaba el bigote.
Después de una batalla campal que duró siete segundos, el niño fue reducido. Tres agentes resultaron heridos de diversa consideración al producirse una avalancha cuando se abrieron las puertas de uno de los autobuses que les transportaba. "Es por la puta ansia; los chavales tienen muchas ganas de dar hostias. Están en la edad", explicó el mismo mando de antes, relamiéndose los labios.

Ya en el cuartel de la Guardia Civil, el niño prestó declaración. "Cuando me enteré de que en mi casa los Reyes Magos eran mis padres, en vez de unos tecnócratas impuestos por Bruselas, se me vino el mundo abajo", declaró entre hipidos. "¿Cómo voy a ir yo al cole si, según mi padre, la única prima de riesgo que existe en mi familia se llama Pilar y tiene diecisiete años?", se preguntaba desesperado.
"Yo sólo quiero ser como los demás niños, pasarlas putas para llegar a fin de mes y cagarme en todos los muertos de los especuladores que han provocado esta crisis y en los de los políticos que se lo han consentido y alentado", afirmó indignado.
"Si me hubiera salido maricón, le curo la tontería a base de hostias, pero esto... esto es por culpa de la tele: si la hubiéramos tenido encendida más horas, esto no hubiera pasado", declaró el padre desde su bemeuve pagado al contado con billetes de 500 pavos a estrenar.
La madre de la criatura, desolada, no ha querido hacer declaraciones. Se limitaba a manosear un rosario musitando "Frederico, ayúdale".

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