26 de noviembre de 2011

La pareja de una opositora

Cuando te llaman por teléfono y te dicen que el examen no ha salido bien y no sabes qué decir.
Cuando sólo puedes besar, abrazar, llorar, compartir, arrimar el hombro y acariciarle la cabeza porque no se te ocurre nada mejor qué hacer para proporcionar algo de consuelo.
Cuando te frustras, te cabreas, te desesperas y te agotas porque parece el cuento de nunca acabar.
Cuando sufres y compartes la tensión por el examen.
Cuando te vas a tomar una cerveza durante tus vacaciones mientras otros tienen que estudiar día, tarde y noche.
Cuando odias a los que deciden convocar una oposición saltándose la legalidad vigente y despreciando el esfuerzo y la dedicación de los opositores.
Cuando te gustaria pegarle una patá en el conejo a alguna consejera para que la buena fortuna se extendiera entre los opositores.
Cuando lo único que se te ocurre para transmitirles ánimo es dedicarles una mirada con todo el cariño que eres capaz de mostrar.
Cuando les acompañas hasta la puerta del instituto donde se van a examinar y te alejas con la cabeza gacha para que ninguno vea las lágrimas, mezcla de rabia, impotencia y esperanza, que llenan tus ojos.
Cuando te despides con un "mucha suerte" y un "te quiero".
Cuando mandas un sms, cuando llamas, cuando esperas noticias por tierra mar o aire y éstas no llegan y no sabes si es buena o mala señal.
Cuando te emocionas mientras escribes estas líneas, en las que has intentado transmitir todo lo que sientes cuando eres la pareja de una opositora, maestra interina en mi caso.

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