Hace millones de años, antes de la bendita llegada del huracán que cambió mi vida, en plena Época Setácica, cuando los desidiones y los tonterionops dominaban mi tierra, escribí lo siguiente de mí mismo:
"Nacido en los arrabales de Calcuta, fue criado y amamantado por una pareja de coyotes marsupiales, amorosamente, eso sí.
Pasados los años, una pareja de aristócratas toscanos venidos a menos, le rescató de las garras de diversas politoxicomanías, lo que le hizo ver la luz que, contrariamente a lo que se cree, no es blanca, sino rojiblanca.
Pese a todo, su reinserción en la sociedad se antoja prácticamente imposible, mientras que su rehabilitación como mamífero avanza, en palabras de su propio terapeuta, a la misma velocidad que un pulpo con patines.
Actualmente, no sabe, no contesta".
Efectivamente, ni sabía, ni contestaba, aunque no era muy consciente de ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario