He de decir, sin embargo, que la moda nunca me ha acelerado el ritmo cardiaco.No quiero decir con esto que sea de esas personas austeras que, por ejemplo, con un único par de zapatos aguantan hasta la desintegración de los mismos, momento en el que los sustituyen por otro par, del mismo color y marca que los anteriores.
Evidentemente, tampoco soy de los que tienen una prenda para cada momento del día y un complemento para cada situación.
Digamos que tengo lo suficiente para poder elegir sin que mi armario parezca el del catálogo de unos grandes almacenes.
Con toda esta introducción quiero transmitir que no soy el tipo de persona que malgaste su tiempo hablando de moda, ni sobre la propia, ni sobre la que visten los demás.
Sin embargo, hay una serie de prendas y/o combinaciones que deberían estar castigadas con la expulsión irrevocable de la galaxia; a saber:
- El zapato náutico sin calcetín; es más, el náutico y todas sus combinaciones.
- El abrigo barbour y cualquiera que lo imite.
- El jersey echado sobre los hombros y con las mangas anudadas sobre el pecho... sólo de pensarlo me recorre un escalofrío por la espalda
- El polo, sobre todo cuando le levantan los cuellos al cielo. Y si además está ribeteada la bandera de España en el filo, el usuario debería pagar una multa por contaminación medioambiental.
Pd: tras una lectura detenida, compruebo que, sumando todas estas prendas, se obtiene el aspecto externo del votante medio del PP con lo que, también por cuestiones estéticas, aparte de las necesarias para la higiene democrática de este país, deberían ser expulsados de la galaxia.
La imagen que acompaña este artículo procede de esta página
No hay comentarios:
Publicar un comentario