30 de agosto de 2011

No estoy ni para el Qué

Cuando esta mañana ha sonado el despertador, el festival ha sido completísimo.
La vocación puede más que el sueño así que, después de cagarme sólo tres veces en el alma de quien dijo eso de que trabajar dignifica, me he levantado como un resorte.
Me he trasladado físicamente a la mina; mentalmente espero no regresar hasta dentro de quince días.
He llegado, pero estoy bajo mínimos, mucho peor de lo que pensaba.
Yo creía que iba a estar para 20 minutos y no estoy ni para el Qué.
Debería volverme a la playa y punto.

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