Hace ya unos años que abandoné mi vieja (y estúpida) costumbre de comenzar a leer la prensa por la deportiva.
Cosas de la edad, por un lado, darte cuenta de que la prensa deportiva está al mismo nivel que la del corazón, por otro.
El otro día, sin embargo, recuperé tan nefasta costumbre.
Mientras viajaba en la RENFE de camino al trabajo, me pareció leer un titular en el Marca que leía otro pasajero.
"El fútbol es un deporte de 11 contra 11 en el que siempre gana España".
"No puede ser", pensé.
Leí mal, estaba claro.
Por si acaso, no intenté leer el titular de nuevo.
Espere a llegar al curro, encendí el ordenador, accedí a la página del diario en cuestión y, toma ya, viva la rigurosidad, ahí está ese titular en la portada que acompaña este artículo.
En el siempre que yo recuerdo, en cambio, España nunca ganaba, salvo aquella medalla de oro en las Olimpiadas de Barcelona.
Tergiversación, sensacionalismo, sectarismo, clientelismo y propagación de la estupidez: las bases sobre las que se asienta el periodismo deportivo.
Ahora recuerdo por qué dejé de leer la prensa rosa deportiva.
La imagen que acompaña el artículo está sacada de esta página
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