Esta tarde, contemplando una tierna imagen entre un bebé y su abuelo, me ha venido a la mente lo que le podría estar pasando por la cabeza a ese bebé, cansado de escuchar siempre el mismo tono y las mismas frases cuando los adultos se dirigen a él.
- ¿De quién es esta boquita, eh?
- Pues, mía, gilipollas, ¿de quién va a ser, si no? De tu puta madre, no te jode...
Tal vez los bebés no hablen porque no encuentran nada bueno qué decir sobre el mundo que les rodea.
¿No dicen que cuando no se tiene nada bueno que decir sobre alguien es mejor permanecer callado?
Son bebés, no son tontos.
No lo olvidemos jamás.
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