El Gadafi que ahora ocupa casi todas las portadas de la prensa nacional e internacional es el mismo sátrapa, dictador e hijo de puta que el que, en 1969, se hizo con el poder en Libia.
El mismo, insisto, que le hacía el trabajo sucio de control de la inmigración a la Unión Europea; y cuando digo trabajo sucio me refiero a que tenía carta blanca para evitar de cualquier modo, y recalco eso de cualquier modo, la llegada de inmigrantes a nuestra amada, civilizada e hipócrita Europa.
El mismo Gadafi que, el año pasado, plantaba la jaima en Roma, con la connivencia y beneplácito de su amigo Berlusconi. El mismo Gadafi que comerciaba con banqueros ingleses, obteniendo sustanciosos beneficios.
El mismo Gadafi que, hasta hace muy pocas semanas, era reconocido por la ONU como el legítimo gobernante del país, admitiendo, en consecuencia, la legalidad de su régimen dictatorial.
¿Habrá tenido algo que ver en este cambio tan radical la idea de Gadafi de nacionalizar varias empresas extranjeras?
Qué vaaaaa, chico, qué cosas tienes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario