Sigo siendo del Atleti porque no tiene cura, aunque debo reconocer que cada día me interesa menos el fútbol.
Sin embargo, cuando escucho los tambores de guerra a través de la ventana abierta (en este caso, para celebrar el tercer gol a la Real Sociedad, obra del Kun), me sigo estremeciendo.
Disfruto viendo jugar al Barça de Pep; es el equipo que actualmente me hace exclamar admiraciones las raras ocasiones que me siento frente al televisor para ver fútbol pero, como decía al principio del artículo y aunque el Atleti de hoy poco o nada tenga que ver con el Barça de Pep, esto no tiene cura y las rayas de los colchones me siguen emocionando.
Qué le vamos a hacer.
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