1 de marzo de 2011

La caverna de la guardia civil

Que, a estas alturas de siglo, un guardia civil veinteañero te abra la maleta en el control del aeropuerto de Donosti para ver si llevas porros o eres un abertzale sólo porque llevas pendiente y vistes con zapatillas y sudadera con capucha, dice mucho, y nada bueno, de la cantidad de caspa retrógrada que aún queda en este país tan poco europeo para tantas cosas.
Luego se quejan, los picoletos, de que la sociedad no les acepta, cuando son muchos de ellos los que siguen sin aceptar esta sociedad.

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