5 de enero de 2011

La extraña familia

Encontrarse todos los días con las mismas personas en el mismo andén para coger el tren a la misma hora para dirigirnos cada uno al mismo destino, termina uniendo de una manera extraña.

Cuando uno de los habituales falta durante unos días, uno se preocupa por él.
No de una manera consciente, sólo con la fugacidad de un pensamiento incontrolado. ¿Le habrán despedido o estará de vacaciones? Lo primero siempre inspira solidaridad, lo segundo, envidia.
Si le han despedido, el ausente se convierte en "el pobre"; por el contrario, si se encuentra de vacaciones, se transforma en "el hijoputa".
Así es de voluble el espíritu humano, especialmente cuando se trata de los miembros de una familia, por muy extraña que sea ésta.


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