No de una manera consciente, sólo con la fugacidad de un pensamiento incontrolado. ¿Le habrán despedido o estará de vacaciones? Lo primero siempre inspira solidaridad, lo segundo, envidia.
Si le han despedido, el ausente se convierte en "el pobre"; por el contrario, si se encuentra de vacaciones, se transforma en "el hijoputa".
Así es de voluble el espíritu humano, especialmente cuando se trata de los miembros de una familia, por muy extraña que sea ésta.
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