29 de noviembre de 2010

Elecciones catalanas y lo que está por venir

Que la derecha haya arrasado en las elecciones catalanas es algo que no debe sorprender a nadie.
En momentos como éste, de crisis profunda de sistema (capitalista, con sus ciclos y sus crisis), la gente da su voto a los conservadores.
Como si ellos pudieran solucionarlo.
Ellos, que son los verdaderos causantes (el sistema económico capitalista ultraliberal que sufrimos es una herencia de las políticas de Reagan y Thatcher), tiran la piedra pero esconden la mano.
Como hacen siempre, por otro lado.

Y cuando gran parte de la sociedad (la que convive día a día con ellos) está hasta las narices de la inmigración, las respuestas de la derecha son mucho más satisfactorias (y populistas) para algunos electores.
Teniendo en cuenta, además, que la izquierda (y cuando digo "izquierda" no me refiero al PSOE, mucho más cercano a la derecha de lo que la gente supone) nunca ha sabido gestionar el asunto de la inmigración, dando la bienvenida y los papeles a todos, al honrado currante y al traficante por igual, y que siempre ha estado más pendiente del artista moderno y progre y menos del trabajador, lo único que ha tenido que hacer la derecha ha sido presentarse, pese a que ellos son los responsables de haber traído toda la mano de obra barata inmigrante que trajeron durante la burbuja inmobiliaria.
Ahora que todo eso se ha acabado y que ya se lo han llevado muerto, tú acarreas con las consecuencias, no yo.
Como hacen siempre, insisto.

Han arrasado, sin embargo, por varios motivos:
1. El electorado de izquierdas castiga a sus políticos con la abstención.
2. Los votantes de derechas siempre acuden a votar y siempre a los mismos, independientemente de que lo hagan bien o mal.
3. La política económica del PSOE en los últimos tiempos (como hacen siempre que hay crisis, por otro lado) ha sido tan de derechas que la hubiera podido firmar el PP.
4. Existe un mito aceptado socialmente aunque aún no comprobado, que dice que los de derechas saben más de economía.
5. No hay alternativa política ante los conservadores.

Estos resultados electorales son perfectamente extrapolables al resto de España.
Desviemos el 80% de los votos que ha recibido CIU al PP.
El otro 20% se lo concedemos al PSOE.
Sumemos al PP un mínimo de un 15% de votos, ya que en Cataluña no tienen tanto peso como en otras zonas.
¿El resultado?
Mayoría absoluta para el PP.

¿Las consecuencias de esa futura mayoría?
Más recortes sociales y más desigualdades.
Más empresarios ricos y más trabajadores oprimidos y atemorizados.
Políticas ultraliberales a mansalva.
Adiós definitivo a la sanidad y la educación pública.
Vamos, que nos van a dar por culo pero bien, especialmente en comunidades como la de Madrid, Valencia o Murcia, donde el PP ya campa a sus anchas.

¿Qué nos quedará?
Emigrar, porque cada día le tengo menos fe a la resurrección de la izquierda política o al despertar de sus votantes.

La imagen que acompaña el artículo está tomada de La Vanguardia.

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