31 de julio de 2010

Guns n' Roses - Appetite for destruction

Editado en 1987, Appetite for destruction probablemente sea el mejor disco de Guns n' Roses, el más completo, el más puro y el que mejor define el sonido de la banda.
Directo, claro, duro y auténtico, puro rock contenido en las 12 canciones que conforman el album.

El disco comienza con la brutal y cañera Welcome to the jungle, crítica abierta al ritmo de vida de la sociedad americana, válida ahora para todo el mundo occidental. Los 40 segundos de introducción son rock en estado puro. Una canción imprescindible cuando uno sale de casa un lunes por la mañana de camino al trabajo.
It's so easy es la segunda canción del disco. No es tan facilona como parece. Encierra una lectura bastante más sutil y crítica que la evidente. No es sólo sexo, violencia y alcohol. Eso es lo fácil. Muy fácil.

Nightrain, sin embargo, es lo que es. Rabia, rebeldía y frustración adolescente buscando la salida a través de las guitarras y las botellas. Es una canción que me sigue llegando, aunque ahora sólo a través de la rabia y la rebeldía, sin el complemento de la noche y la juerga.
La cuarta canción, Out ta get me, siempre me pareció de las más flojitas de este disco tan espectacular lo que, en ningún caso, significa que sea mala. Si el resto de las canciones son de matrícula de honor, ésta es de notable.

¿Sería posible concebir un disco de rock sin la correspondiente alegoría metafórica a algún tipo de droga? Supongo que la respuesta deber ser un "no" tan grande como una catedral. Mr. Brownstone es el nombre de la canción en el caso del Appetite for destruction, mientras que la heroína es la protagonista en la sombra.
Paradise city es una maravilla, no se puede describir de otra forma. Es una de esas canciones eternas que te acompañan para siempre. Una crítica mordaz y abierta al tipo de vida que se lleva en las ciudades occidentales.

My Michelle es honesta y brutal, dedicada a una amiga común de Axl y Slash, Michelle Young. Iban en un coche y por la radio sonó Your song, de Elton John. Michelle comentó que le encantaría que alguien le escribiera una canción. Axl realizó una primera versión sensiblera y romanticona que fue rechazada por la propia protagonista. Rescribió la canción, ajustándose totalmente a la realidad y después de reunir el valor necesario para mostrársela, comprobó que le encantó por sincera y honesta. Sí, su padre se dedicaba a distribuir películas pornográficas, su madre había muerto y ella coquetaba con las drogas. Otra canción memorable.

La siguiente canción, Think about you, está dedicada por Axl a la que por entonces era su novia y que terminaría convirtiéndose en su mujer aunque, curiosamente, la letra es de Izzy Stradlin.
Sweet child o'mine comienza con uno de los punteos de guitarra más conocidos y reconocibles de Guns n' Roses. La canción mantiene el nivel y, pese a estar demasiado escuchada y tener una letra excesivamente pastelona, es una obra de arte.

You're crazy es velocidad pura, rock desatado y adolescente. Anything goes es otra canción que podría destacar en cualquier otro disco pero en el Appetite for destruction pertenece a las simplemente notables. Para rematar este increíble monumento al rock, llega Rocket queen, una canción infravalorada y desconocida que merece mayor reconocimiento, pues es un tema sobresaliente.

En resumen, Appetite for destruction es un disco memorable, una obra de arte de principio a fin, el album de debut soñado por cualquier banda de rock, aunque sólo al alcance de unos pocos elegidos, Guns n' Roses en este caso, grupo tan enorme que no dudaría en calificarlos como los Beatles de la generación que nacimos a finales de los 70.

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