Ayer me encontré con otro animal en la cocina.
Como me despierto cuando aún es de noche, el único instinto que tengo despierto es el de supervivencia y, si además estoy sin desayunar, como era el caso, puedo ser más chungo que Charles Bronson con pasaje para ir al Caribe en plena huelga de pilotos.He sido incapaz de identificar al animal.
Lo único que he podido concluir es que se trataba de un artrópodo.
Le he aplicado la ley de la selva.
Defensa propia.
Era o él o yo.
Por la tarde hemos procedido al levantamiento del cadáver.
Ha resultado ser un arácnido, de sexo indeterminado, de tipo común, con patas largas.
Las autoridades han determinado que el sujeto ha fallecido de muerte natural.
Ha sido víctima de la ingesta masiva de suela de zapatilla.
Probablemente un suicidio, aunque hay que esperar al resultado de la autopsia.
Me han recomendado que no abandone la ciudad y se han llevado mis chanclas para analizarlas.
¿Debería buscarme un abogado o afiliarme al PP?
Supongo que, aunque me duela en lo más profundo del higadillo izquierdo, lo segundo, porque se trata de seguir libre... y ellos son expertos en conservar chorizos al aire fresco.
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