A finales de los años 80, los presidentes de Estados Unidos y la Unión Soviética están a punto de firmar un acuerdo que les permitirá realizar una reducción gradual y progresiva de los presupuestos que ambas potencias destinan a las fuerzas armadas.
Sin embargo, no todos los personajes importantes de ambos países están de acuerdo con esta política de desarme.
En los meses previos a la firma de ese acuerdo, el único hijo del presidente americano es secuestrado.
Los servicios secretos buscan al hombre más adecuado para poder negociar con los secuestradores.
Veredicto del Sobaco: espléndida novela de espionaje en la que Forsyht nos plantea una siempre inquietante alternativa sobre los hechos sucedidos. Pese a que el libro utiliza un argumento tan manido como que "los rusos son muy malos y pretenden destruir el mundo", la novela se puede disfrutar dado que no es el principal hilo conductor, sino tan sólo el punto de partida. Cabe añadir que no sólo hay rusos malos, sino también yanquis malos lo cual, en este tipo de libros, es de agradecer. Que los malos estén repartidos al cincuenta por ciento ayuda a hacer creíble la historia porque, cuando sólo los rusos son los malos, la caspa invade las páginas y hay que cerrar el libro. No es el caso de El negociador, una novela de espionaje con ritmo trepidante, personajes creíbles y atmósfera real, otro título destacable en la brillante y entretenida obra de Frederick Forsyth.
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