Sin embargo, cuando uno piensa que viajar sólo cuesta dinero y, en cambio, aporta cosas que son para toda la vida, concluye que viajar es un hobby muy barato.
Dependiendo del destino, eso sí, porque no es lo mismo dar un paseo por los alrededores del Coliseo, que hacerlo por Las Tres Mil.
Aunque para gustos, los colores.
De hecho, a la Esteban no me la imagino con el tacon y la malla fucsia pisando con garbo los adoquines romanos, mientras que me marida a la perfección con ese ambiente post-apocalíptico que se respira en ciertos polígonos donde la droga compone más del 95% del aire atmosférico de la zona.
No sé cómo he podido enlazar los idiomas y la Esteban en la misma línea de pensamiento.
A veces me maravillo de lo que sucede dentro de mi maltrecha cabecita.
Retomemos el hilo.
Se nota cuándo un país es superior a otro cuando los habitantes del uno hablan en su propio idioma cuando visitan el otro.
Superioridad, económicamente hablando, claro.
Ejemplo, británicos en España.
Pueden llevar veinte años aquí y no saber ni una palabra de castellano.
¿Por qué?
Porque no lo necesitan. Ellos viven en colonias.
Están localizados geográficamente en España pero, realmente, ellos viven en Bristol.
Con sol, pero en Bristol.
¿Para qué van a aprender un idioma que les es totalmente extraño si todos los esclavos y sirvientes que tienen a su alrededor pierden el culo para aprender el suyo?
De todos modos, esto es sólo una consecuencia, dado que desde los tiempos del bajito cabrón lo único que se ha vendido ha sido el sol, la playa y el flamenco.
Una oferta muy propia, porque aquí no hay ni un solo resto arquitectónico, ni unos paisajes naturales únicos, ni una historia artística que recorrer, ni rutas gastronómicas que disfrutar.
Porque aquí no ha pasado nadie que dejara algo.
No ha habido romanos, griegos, fenicios, cartagineses, íberos, visigodos, celtas, godos o árabes que dejaran algo.
Qué va.
Cuando tú mismo te pones la cofia en la cabeza, no te extrañes de que te traten como a una chacha.
Y lo peor de todo es que seguimos igual.
Seguimos vendiendo lo mismo.
Y ahora además, bilingües en las escuelas.
Con dos cojones.
Esclavos desde la cuna, claro que sí.
Born to be a slave, quería decir.
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