"Las normas son las mismas para todos", repetía una y otra vez, como un loro mal amaestrado, que responde de la misma manera sea cual sea el estímulo.
Mientras tanto yo seguía erre que erre porque otra cosa no, pero pesado, soy un rato.
Si yo no pretendo que modifiques las normas, lo único que quiero es que comprendas que no es el mismo esfuerzo el que realizan mis compis veinteañeros, que el que tengo que realizar yo, que vengo a clase después de currar y que, cuando llego a casa tengo que preparar la comida para el día siguiente, hacer las tareas de la casa y, sobre todo, porque para mí es lo principal, mantener la relación con mi chica en el mismo perfecto estado de siempre, si no mejor.
¿Sabéis lo que me dijo?
Las normas son las mismas para todos.
Eso ha quedado muy claro, le decía yo cada vez que me repetía su mantra.
Aún así, lo que yo intento decir es que tú, como profesora, has de entender las necesidades pedagógicas de cada uno de tus alumnos, que eso lo sé yo porque me lo ha dicho mi chica, que también es maestra e intenta, en la medida de lo posible, atender a cada alumno de manera personalizada.
Las normas son las mismas para todos, escuché de fondo, mientras contaba mentalmente hasta ciento quince mil.
Estoy hasta las narices de estos malos profesores de universidad, que tuercen el gesto cada vez que alguien osa interrumpir sus monólogos, que odian dar clase y que tratan al alumnado peor que al ganado.
Tristemente, este tipo de profesor es el más abundante en las universidades españolas, el profesor que sólo quiere dedicarse a la investigación, para quien las clases son un fastidio y un engorro, cosa que trata de manifestar cada vez que tiene ocasión.
Para quien los alumnos no son más que un hatajo de fumetas ignorantes que incordian con sus gilipolleces, pretendiendo que ellos hagan el trabajo para el que se les paga: enseñar.
Ah, no, eso sí que no, hasta ahí podíamos llegar.
Así planteé mi último intento.
Sorprendentemente, mi profesora me dijo que las normas son las mismas para todos y la muy hija de puta (porque con los años que tengo ya puedo afirmar que lo es) me suspendió con un 4.8
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