4 de febrero de 2010

Colombia in my mind

Navegando por esas redes dejadas de la mano de todos los dioses o de ninguno y, como siempre sucede en estos casos, sin saber cómo ha sucedido, he echado el ancla en un anuncio de e-bay en el que, como se puede apreciar en la imagen, se vende moda colombiana a domicilio.
Si hay cojones, claro.
Porque yo seré un exagerado que se deja llevar por los tópicos pero, ni aunque estuviera hasta arriba del mejor Don Simón envejecido en vasija de barro y conservado en un tetra-brick con pan de oro, me atrevería a darle a un colombiano las señas de mi casa.

Seré un anticuado, pero en mi casa (bueno, en nuestra casa), no entra gente que pueda y sepa utilizar una cuchara de madera para extraerte el corazón sin mostrar compasión alguna ni alterar el gesto en lo más mínimo.
¿O tú eres de los que piensan que cada uno es cada uno y, por ejemplo, Shakira, no sería capaz de matarte de tres maneras diferentes antes de que llegaras a tocar el suelo?

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