30 de enero de 2010

Al veraneante español

Querido veraneante:
Te escribo con cierta antelación porque sé que te cuesta leer otra cosa que no sea el As.
Yo sé que tú eres de coche, así que no te preocupes por el permiso por puntos.
dale a la zapatilla, cabréate como una mona cuando alguno vaya a menos de 160 por tu carril (el de la izquierda, claro está), adelanta en cambios de rasante sin visibilidad y también con doble raya continua, mientras hablas por el móvil, te zampas un bocata de tortilla y te enciendes un Ducados.
Tú a lo tuyo, campeón, que así se ha hecho siempre aquí y nunca ha pasado nada, que todos estos nuevos inventos no son más que mariconadas, tú y yo lo sabemos bien.

Como sé que vas a ir a la playa, no hace falta que te recuerde que todos esos potingues que anuncian son otra mariconada.
¿Desde cuándo tú, un auténtico súper macho, te das crema?
Déjate de hostias y si te tienes que untar ese cuerpo serrano que la naturaleza te ha dado con algo, usa aceite de oliva, que eso es bueno pa tó y además es español, coño.
Claro que sí, que tú no te avergüenzas de .

Acércate a la neverita que, sin duda, habréis traido y ábrete la quinta cerveza antes de las 12 de la mañana, mientras le das la vuelta al cassette, porque tú eres un clásico y eso de los cedés no son más que mariconadas, para compartir algo de cañita de la buena, de la que pone los pelos como escarpias, un Junco o similar, con el resto del personal.
Y mientras tanto, a lo tuyo, a contemplar las tetas de las guiris, que vaya panorama, macho, qué cantidad de golfas por metro cuadrado.

Ahí te veo, mordiéndote el palillo porque no te pilla a mano nada mejor, porque tú a ésas las metías hasta miedo, que lo sé yo, que eres un figura.
Meneando la cabeza mientras piensas, sólo por una vez y para ti mismo, en lo que decía Santa Inés, que la que tiene cara de puta es que lo es, te metes de lleno en el crucigrama que llevas a medias desde hace más de tres semanas.
Porque las cosas hay que hacerlas con calma, que no está la vida para andarse con prisas.
¡Cuánta razón tienes, viejo tunante!
Disfruta de las vistas y échate una meadita en el agua por mí.
Te quiere,
Tu anciana madre, cansada de hacer la calle.

No hay comentarios: