22 de agosto de 2009

Reflexión sobre la rareza humana

Todos tenemos nuestras rarezas, unos más, unos menos, claro está.
Hay quien colecciona sellos sin matar de las repúblicas bálticas, quien no lleva vaqueros de color azul y quien, Biblia en mano, bendice árboles a voz en grito.
Eso sí, independientemente del nivel de la peculiaridad, rareza, excentricidad o directamente locura, somos mucho más condescentientes y piadosos con las nuestras que con las de los demás, de tal modo que quien viste pantalones vaqueros única y exclusivamente de color negro pero, en cambio, toma leche todas las mañanas para desayunar, criticará de manera feroz y calificará de raro al que, aun llevando vaqueros de cualquier color sin ningún tipo de problema, aborrezca la leche y todos sus derivados.
Así es el ser humano, incongruente e injusto, a la vez excéntrico y normal y, de momento, maravillosa y afortunadamente imperfecto.

No hay comentarios: