Si, por ejemplo, no sabemos decir lo que es un león, digamos lo que no lo es.
Un gorila, no es un león.Un rinoceronte, tampoco lo es.
Un colibrí, menos aún.
Y ahora que hemos entendido el funcionamiento de este simple razonamiento, podemos definir la normalidad a partir de lo que no es normal.
Escuchar la COPE no es normal.Un colibrí, menos aún.
Y ahora que hemos entendido el funcionamiento de este simple razonamiento, podemos definir la normalidad a partir de lo que no es normal.
Leer El Mundo, tampoco.
Ver el canal Intereconomía, mucho menos.A partir de aquí, podremos, por fin, entender lo que es normal y lo que no es normal.
A veces me sorprende mi propia genialidad.
A veces me sorprende mi propia genialidad.
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