27 de junio de 2009

Descansa, Jacko

La verdad es que, en cuanto me enteré de su muerte, lo primero que pensé es que era lo mejor que le podía pasar. Tal y como estaba su carrera musical, totalmente defenestrada tras su último gran éxito, el videoclip de la canción Black or white (ojo, hablo sólo del videoclip, porque la canción me parece muy mediocre), por no hablar de su vida personal, excéntrica a más no poder, la muerte supone una liberación para Jackson.

No es santo de mi devoción, ni musical ni, por supuesto, personalmente pero, desde luego, su talento es indiscutible. Está por encima de gustos y modas, al lado de los Mozart, Beatles, Serrat, Elvis, Queen, Beethoven y otros tantos genios atemporales.
Su música está más allá del gusto individual, pertenece a la eternidad del arte humano.
Si los Beatles inventaron el pop, Michael Jackson lo elevó a la categoría de arte.

Michael fue un pionero, un tipo que revolucionó la música.
Él inventó el videoclip. Aún recuerdo la primera vez que vi Thriller, a las pocos días de haberlo estrenado. Y me quedé boquiabierto porque, aunque fuese muy pequeño, no había visto nada igual.
Pese a todo, no me va su estilo.
Tengo una lista de reproducción en el ordenador con más de 2.000 canciones, de todos los estilos y, curiosamente, no hay ninguna de Michael.
Sin embargo, como decía anteriormente, su talento estaba por encima de los gustos personales.
De hecho, en la discoteca que ocupa cada centímetro cuadrado de mi habitación en la casa de mi madre, están el Thriller y el Bad porque, sencillamente, si te gusta la música, tienes que tener estos dos discos, porque son dos auténticas maravillas (ese pedazo de Smooth Criminal, menudo temote).

Durante toda la década de los 80 él fue el auténtico e indiscutible rey del pop.
Después de 1991, su último año bueno, a Jackson se le piró la cabeza definitivamente.
Está claro que los genios nunca serán personas normales pero lo de Michael superó todo lo imaginable.
Supongo que cuando llevas toda tu vida aguantando que los demás vivan a tu costa, lo normal es que se te pire la pinza.
Por eso decía que la muerte ha sido una liberación para él.
Él, que fue un genio, un desgraciado, un artista, un loco, un negro que quiso ser blanco, un pionero, un chalado, un talento desbordante, ahora puede, por fin, descansar.
Descansa, Jacko.

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