18 de febrero de 2009

Reflexión sobre culturetas y chonis

Odio a los culturetas y, sin embargo, los prefiero mil veces antes que a las chonis.
Los unos son pedantes, insoportables y muy pesados, capaces de hablar a las 8 de la mañana de las diferentes formas de laísmo o catalogar de "regalarte un pedacito de primavera" al hecho de que una empresa ponga a tu disposición una caja con fruta fresca.
Las otras, orgullosas de su ignorancia, de la que hacen gala a la menor oportunidad, arrastran sus ejques y sus 'amos, 'amos igual que Atila a sus hunos, dejando tras de sí un rastro yermo de incultura soez y grosera, justificado sabiamente bajo la bandera de la pluralidad.

No elegiría a ninguno como compañero de infortunio en una isla desierta pero, desde luego, si tuviera que optar por uno de los dos extremos, me quedo con el pedante.
Al menos tiene educación.
Algo que, gracias a esta incultura del "todo vale", brilla por su ausencia.

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