Me arrastraba por las escaleras del Metro de Ciudad Universitaria cuando unas palabras melodiosas llegaron a mis oídos.
- Tía, siejque no sé que tiba a decir... no, tía, no... dacuerdo, tía, dacuerdo... taluego, tronca...
- Tía, siejque no sé que tiba a decir... no, tía, no... dacuerdo, tía, dacuerdo... taluego, tronca...
Mi oído le decía a mi vista que allí debería encontrarse una choni autóctona pero, en cambio, mi vista captaba una muchacha de origen evidentemente asiático.
La choni-china.
Así que esto debe ser la famosa globalización.
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