15 de noviembre de 2008

La Caratorta strikes back

Quienes pensábamos que el meteorito carpetovetónico que había puesto punto y final a esa tortura audiovisual llamada LODVG (no pronunciar el nombre en voz alta, a oscuras y frente a un espejo), había llevado un poco de paz a nuestros maltrechos tímpanos, tristemente nos equivocábamos.

Si el hijo de Txiki Benegas, junto a sus secuaces, había proclamado eso de "a gato muerto, gato puesto", y había logrado revivir, como un jovencito Frankenstein de tres al cuarto, a ese horror musical que él mismo había ayudado a parir hace unos años, la Caratorta, alma mater de la pesadilla, no se iba a quedar atrás.

Pero como segundas partes nunca fueron buenas, con la honrosa excepción de Arma Letal, la Caratorta, hoy metamorfoseada en la Caraluna, vuelve a las radios con una segunda parte infame a más no poder.
¿Soy el único que sufre por la cantidad de gatos maulladores que han tenido que pasar horas y horas enseñando a esta muchacha a parir esos lamentos a los que ella llama canciones?

Y por si esto no fuera suficiente, un grupito de estilistas especializados en transformar a los chavalitos de OT, han cogido a la Caratorta y la han hecho más pija, más rubia y... ¿más caratorta?
No, queridos míos, eso hubiera sido una crueldad.
Han llevado a la Caratorta a la delgadez extrema con lo que la torta ha pasado a mejor vida y ha nacido una bonita luna en cuarto creciente con forma de mandíbula.
Eso sí, el lamento a lo que ella llama voz, se ha decidido que sea el mismo.
La Caratorta, aka la Caraluna, strikes back.

Agarraos fuerte, que vienen curvas.
En días como hoy, sólo puedo añorar cosas como ésta.

No hay comentarios: