17 de junio de 2008

Las diez menos diez

Quisiera ser las diez menos diez, para estar cerca de la perfección pero no alcanzarla jamás.
Para tener diez minutos con sus sesenta segundos cada uno para decirte todo lo que te quiero.
Para poder llegar tarde a la cita con la madurez.
Para poder esperar con paciencia el día en que mi vida pasada se junte con la presente.

Quisiera ser las diez menos diez para mirar el lugar donde debería estar el reloj y comprobar que hace ya muchos años que mi tiempo no está en la muñeca sino en la cabeza y en el corazón.
Para apreciar cada minuto de la vida sin prisas, saboreando cada momento único e irrepetible.
Para no querer que lleguen nunca las diez, porque estos diez minutos que faltan no me los quiero pasar esperando que llegue otro momento.
Para vivir el presente pensando en el futuro sin olvidar el pasado.

Quisiera ser las diez menos diez para saber que llego tarde a trabajar y que me importa un carajo, porque voy a emplear esos diez minutos en tomarme un café sentado en un parque.
Para sentirme vivo diez minutos antes de que se baje el telón.
Para comprobar que diez minutos pueden ser toda una vida y que, en algunos casos, toda una vida pueden ser diez minutos.
Para vestirme de luto por una hora que se va y que ya no regresará jamás.
Para celebrar que viene una hora más en la que podemos estar abrazados.
Por eso, sobre todo, quisiera ser las diez menos diez.

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