Metálica en pleno centro de París,
Inclinada en el barro de la Toscana,
Las que intentan abrazarse al son de un chotís,
Guardando la entrada a la Castellana.
Los ochenta y ocho pisos de las Petronas,
La academia de idiomas en Babilonia,
La anxaneta que saluda en Girona,
A esa novieta que odia la colonia.
La de Londres, con sus rejas y cuervos,
Secretos del mar guardados en la Del Oro,
Gemelas que dejaron al Hombre sin verbos.
Del paraíso, la Coral o del coro,
Y El Niño de corazón rojiblanco.
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