25 de abril de 2008

Que la Esperanza no sea lo último que se pierda

En Madrid (lo siento, hoy sólo tengo ojos para mi ombligo) hay huelga de sanidad, transporte y educación, es decir, los tres pilares básicos de toda administración.
¿Se ha enterado alguien?
¿Se han visto imágenes en las televisiones?
¿Se ha escuchado algo en las radios?
No, padre.

Es mucho más fácil tenernos anestesiados con la penúltima entrega de ese proyecto de clonación humana llamado OT, con los tiempos de Alonso en su coche, las canastas de Gasol o cualquier estupidez que suceda alrededor de un balón de fútbol, todo bien condimentado con las andanzas de la Pantoja o la que esté de moda en este momento.
Pan y circo, el viejo invento de los romanos, sigue funcionando a pleno rendimiento.
Y todos son cómplices.
Los que mandan por hacerlo y los que informan por callar.

La realidad, sin embargo, es mucho más siniestra.
Huelga de Transporte: autobuses con servicios mínimos y jornadas de huelga absoluta. Y llevamos así más de un mes. En la RENFE, los viernes de 20:00 á 23:00 también hay huelga desde hace un par de semanas.
Huelga de Educación: concentraciones por los profesionales de la educación de 0 á 6 años. Desde el año pasado protestando por las condiciones que promueve la Comunidad de Madrid. A partir del 7 de Mayo, se suman los de primaria y secundaria.
Huelga de Sanidad: en los pocos hospitales con gestión pública que quedan en la Comunidad (gracias, Espe), se está trabajando al 60%.

Y yo, que soy un retorcido, me pregunto qué más hace falta que haga esta individua (iba a poner tiparraca, pero me ha parecido más despectivo el elegido. Así cada uno puede optar por el calificativo que mejor le parezca) para que los votantes la manden a escardar cebollinos.
Rezo a todo lo rezable y se me revuelve el corazón ateo pero, qué queréis que os diga... deseo con toda mi alma que la Esperanza no sea lo último que se pierda.
Al revés, que sea como el alambre del pan de molde y que desaparezca a las primeras de cambio para no volver a dar señales de vida.
Amén.

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