29 de abril de 2008

Inconcebible

Inconcebible! - chilló el siciliano.
El español se volvió hacia él a toda velocidad.
Deja ya de decir esa palabra. Era inconcebible que nadie nos siguiera, y cuando nos volvimos para mirar atrás, ahí estaba el hombre de negro. Era inconcebible que alguien pudiera navegar tan deprisa como nosotros y, sin embargo, nos dio alcance. Y ahora esto también es inconcebible y mira, mira... fíjate cómo sube."

William Goldman - La princesa prometida

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