5 de febrero de 2008

Los Premios Sopla(Goya)s

El domingo fue la Gala de Entrega de los Premios Goya. Me enteré mientras me preparaba la cena, fíjate lo que son las cosas. Estaba yo escuchando el júrgol por el arradio cuando empezaron a hacer comentarios sobre el escote de la Pataky. Intrigado, puse la tele. Sólo me movía la curiosidad, de verdad.
Tampoco era para tanto, qué queréis que os diga. La muchacha, como todas las que se ponen tetas nuevas, las tiene que amortizar. Y qué mejor manera que lucirlas. Eso sí, cuando abre la boca me recuerda a la del chiste.
¿Y tu amiga no habla?
¿P'a qué, p'a cagal-la?

Lo que me llamó la atención durante los 5 minutos que soporté semejante tortura, porque sí, queridos míos, una gala de entrega de premios es un coñazo, sean del mundo del cine o de la albañilería, lo que más me llamó la atención, repito, fue la cantidad de tontería por metro cuadrado que se había reunido allí.
Yo creo que los actores de antes no eran tan súmamente gilipollas ni estaban tan encantados de haberse conocido. Es más, los actores de antes hacían una cosa que los de ahora no harían ni en sus mejores sueños.
Los actores de antes actuaban.

Los de ahora se limitan a hacer el estúpido.
Najwa, ya sabemos que eres un ser superior venido de otra galaxia... ¿por qué no te susurras a ti misma que es el momento perfecto para regresar a tu lugar de origen?

Si yo hubiera estado en la piel de Don Alfredo Landa, me hubiera negado a compartir escenario con semejante pléyade de capullos.
Que, incluso en el mundo de los actores, hay clases y clases.

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