26 de noviembre de 2007

Impulsos homicidas

Tengo un vecino que lleva más de dos horas martirizándome con sus burdos intentos de emular a Pavarotti. Al principio pensaba que estaban matando a un gato pero no, después de varios la-la-lás (ojalá fueran los de Beefeater-Massiel), he descubierto que intenta ocupar el vacío que dejó el italiano.
A través de la ventana que da al patio interior le he gritado varias veces "frena un poquito, Pavarotti". Lo sé, soy un poco macarra. Pero nada, no hay manera.
Estoy buscando algún tipo de arma con la que pueda restaurar la paz. Es decir, volver al ruido de las obras, el tráfico y la mala hostia madrileña. No encuentro nada. Sólo tengo una raqueta de tenis y un cuchillo que corta por aburrimiento.
Tendré que pasar a ver a mi vecino el latin king para que me preste alguna herramienta.
Lo que han cambiado las cosas. Antes se iba a casa de los vecinos a por azúcar.

1 comentario:

Julieta dijo...

Muchas Gracias Antonio, espero que nos podamos ayudar los unos a los otros, la verdad que me pone nerviosa pensarlo, ese proyecto es la ilusión de mi vida, de veras! un besoncio grande y ánimo!