31 de octubre de 2007

Un funeral de muerte

No acostumbro a ir a las salas de cine a ver películas. ¿El motivo? Normalmente va de la mano de lo poco que me llaman la atención las películas que se estrenan cada semana. Porque necesito que una película me llame. Que me provoque la necesidad de pasar por caja. Que me dé un buen motivo para quitarme el pijama.

Sin embargo, hay excepciones. Este año, sin ir más lejos, estoy batiendo mi mejor plusmarca personal. Al menos, de los últimos tiempos. Zodiac, 300, la tercera parte de Piratas del Caribe, Ocean’s 13... ni me reconozco. Resultados dispares, eso sí.

El pasado domingo fui al cine a ver Un funeral de muerte (Death at a funeral). Y en versión original, además. Mi primera peli en versión original, chispas.

Y fui sin ningún tipo de pretensiones. El director sí me ofrecía garantías, Frank Oz, un tipo que sabe hacer comedias. Comedias con regusto clásico, en las que todo el mundo termina siendo bueno. Pelis que mola ver, la verdad. O, al menos, a mí sí me suelen gustar.

La película es muy british. Humor inglés del bueno. Por eso la fui a ver en versión original (¡horror! Espero no haberme convertido en un cultureta...), para apreciar todos los detalles que se pierden con el doblaje. Y eso que en España suele ser de bastante calidad.

Veredicto del sobaco: muy divertida. Sonrisas garantizadas y, también alguna risa. No sé cómo será la versión doblada pero, desde luego, la versión original ofrece actuaciones memorables. Película muy simpática, muy en la línea de las de Frank Oz.

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